Enero de 2014. Felipe González anuncia que deja el Consejo de Administración de Gas Natural porque le resultaba muy aburrido. Por los servicios prestados a la gasista cobró 126.500€ brutos anuales desde el año 2010 hasta 2015 y el propio González aseguraba que hubiera ganado más asesorando a cualquier sociedad con sede en las Islas Caimán.
El motivo de aquel aburrimiento era comprensible: tenía que asistir a una reunión al mes donde se trataban asuntos propios de una empresa enérgetica. Algunos artículos de prensa de la época aseguraban que ni siquiera asistió a todas ellas, especialmente el último año.
Ese mismo año Cristiano Ronaldo se sincera con la prensa tras un partido frente al Granada y confiesa estar triste. No era titular? No le pasaban la pelota? Pues no eran esos los motivos. El jugador estaba negociando una mejora en el contrato para pasar a cobrar alrededor de 16 millones al año y las negociaciones no avanzaban al ritmo deseado. Estampada la firma en el nuevo contrato, volvieron la alegría y las ganas de chutar la pelotita.
Mientras tanto, los trabajadores españoles no han recuperado aún el nivel salarial previo a la crisis y continúan perdiendo poder adquisitivo. Algunos ni siquiera han recuperado la oportunidad de trabajar y están aburridos de mandar su currículum sin obtener respuesta. Otros tienen que empezar la jornada con una sonrisa de oreja a oreja porque ocupan un puesto de cara al público que a lo mejor nada tiene que ver con aquello para lo que estudiaron tantos años. Y finalmente están los que llevan décadas con una actividad rutinaria y repetitiva durante 8 horas al día y aún dan gracias por tener un trabajo que en ocasiones no les permite llegar a fin de mes.
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