domingo, 4 de marzo de 2018

CUANDO TE PONEN DIFÍCIL CREER EN EL PROYECTO EUROPEO

Uno se pregunta qué queda de aquel proyecto que nació tras la Segunda Guerra Mundial y cogió impulso en la década de los 80.
Pues queda un proyecto en el que su Parlamento es el órgano con menos poder de decisión, actuando poco menos que como un consejo consultivo, y que además los viejos y grandes partidos utilizan para brindar una jubilación de oro para aquellos miembros que resultan incómodos en la política nacional.
Siguiendo por ese ejemplar Presidente de la Comisión Europea, que durante su mandato al frente del gobierno luxemburgués frenó los intentos de la UE por combatir la evasión fiscal y estableció acuerdos con multinacionales que se estima costaron pérdidas de 300 millones de euros a diez países de la Unión. Y como recompensa a este brillante currículum, premio: a presidir el máximo órgano ejecutivo de la UE. Es como encargar al zorro que cuide del gallinero.
No acaba aquí la cosa por desgracia. El Comisario Europeo de Acción por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete, accedió a tan insigne cargo tras conocerse que poseía el 2,5% de las acciones de la Petrolífera Ducar, acusada de prácticas de bunkering. Vendió las acciones para no dificultar su nombramiento y luego se ha visto envuelto en investigaciones por parte de la Hacienda que controla Montoro, debido a la sociedad pantalla que su familia tenía en Holanda para sus inversiones. De nuevo, se elige a la persona más idónea para liderar las medidas hacia la transición energética de la UE.
Para acabar, aunque los ejemplos salen a puñados, se ha decidido nombrar vicepresidente del BCE al que fuera máximo responsable de Lehman Brothers para España y Portugal, que dejó un agujero de 1.000 millones a inversores de ambos países, entre ellos algunos de los principales bancos españoles.
Así pues, en estas manos estamos...


Guindos

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