Puede que usted no lo sepa, pero hace años que realiza aportaciones a un plan privado de pensiones. No le produce desgravaciones, ni le proporcionará un retiro dorado, pero tenga la seguridad de que está contribuyendo a un futuro mejor.
Y es que este año, el Gobierno prevé destinar 771 millones de euros para atender las desgravaciones de quienes son titulares de uno, pero esta partida sale del bolsillo de todos. Como lo hicieron los 783 millones del año pasado o los 1.945 de 2009, en que se batió el récord desde su existencia, coincidiendo con el inicio de la crisis y la caída en picado de los ingresos públicos.
Desde 2008, el principal incentivo para la contratación de estos instrumentos de ahorro, que comercializan bancos y aseguradoras, nos ha costado 12.715 millones de euros.
Afortunadamente para las arcas del Estado, la partida se va reduciendo cada año tras aquel repunte del final de la pasada década. Y esto se suma al ahorro de 2,5 millones anuales que nos supuso la decisión en 2012 por parte de las Mesas del Congreso y del Senado de suspender sine die la aportación de ambas cámaras a los planes de pensiones de los parlamentarios. Necesitaron tres años de la más dura crisis que ha conocido este país, para quitarse ese privilegio.
Ante la creciente preocupación por la insostenibilidad del sistema público y las protestas de los propios pensionistas, Celia Villalobos recomendaba en enero a los jóvenes que fuesen apartando "2 eurillos al mes" para complementar su pensión del mañana. Esa cifra durante 42 años, que son los que transcurren desde los 25 a los 67, permitiría reunir la nada despreciable cantidad de 1.008€. Así que, si alguna vez se plantean confiar sus estrategias de ahorro e inversión a alguien, pongan a la Sra. Villalobos al final de la lista, aunque sea la Presidenta de la Comisión de Seguimiento del Pacto de Toledo.
Lo que ésta experimentada política olvida explicar es que los planes de pensiones privados, "subvencionados" con dinero público, benefician exponencialmente a las rentas más altas, como no podía ser de otra manera.
Según el sindicato de Técnicos de Hacienda, una aportación de 1.000 euros realizada por un ciudadano con una renta de 12.000€, le reportaría una desgravación inferior a los 200€. Pero si quien la hace, cuenta con unos ingresos de 80.000€, Hacienda le devolvería 450 euros en la siguiente declaración de la renta.
Este ejemplo deja bien a las claras que nuestros gobernantes siempre han perseguido premiar el ahorro, especialmente de quienes realizan un mayor esfuerzo para obtenerlo. Y pone de manifiesto que esta clase de planes privados son más bien una herramienta sin riesgo para conseguir rendimientos a los ahorros de las rentas altas y no lo que nos quieren hacer ver.
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